Que bueno que està Chicago. Todo es gigante y pesado maziso metàlico y reluciente. Hasta que de repente : Lake Michigan que, con excepciòn del tamano, es todo lo contrario. Esta ahì lo mas pancho, azul, calmo, con sus veleritos, haciendo su vida tranquila de lago como si los rascacielos y las torres ni estuvieran ahi.
Fuì conocer la Universidad de Chicago, para traerles algunas fotos actualizadas a mi mama y mi papa, y para ponerle un escenario a todas las historias que me contaron. La universidad queda bastante afuera de la ciudad, y para ir desde donde me estaba auedando yo, tuve que tomarme un tren y un colectivo, lo cual significaba muchas posibilidades de equivocarme y agarrar para cualauier lado (una de mis especialidades), asi que cuando estaba en el colectivo me acerque a un chico que parecia que podia ser un estudiante y le pregunte aue donde estaba la universidad. Me contestò en un inglès muy familiar … no me jodas que de todas las personas en el colectivo, justo le pregunte a un Argentino ? Si, justo un Argentino estudiando en Chicago. Y de la misma universidad que mi hermana (aunaue eso claramente no es casualidad). Cuando lleguè a la universidad descubrì que era la semana en que reciben a los nuevos alumnos para el proximo semestre, asi que habìan un montòn de tours del campus para estos chicos. Aunque mi càmara de fotos y mi edad resultaban sospechosas, puse mi mejor cara de Type A American student y me sumè al grupo.[1]
[1] Hay un edificio muy raro que no pega con nada que no recuerdo como se llama. Pero que se construyò con una donaciòn de plata de un ex alumno de la universidad que se hizo millonario cuando inventò esos sobres con una ventanita de plastico que te permite leer la direcciòn de destino que està escrita adentro de la carta que va adentro del sobre. Es dificil de explicar, pero todas las facturas y cosas asi ahora vienen en esos sobres. La forma del edificio està inspirada en el invento, especialmente las extranias ventanas.
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